El trío de músicos gallegos OBAL, el mejor entre los finalistas de una edición más en la que Folkarr
Entre los grandes momentos del fin de semana que atrajo público belga, francés y de tantos ostro puntos para ni dejar de bailar al siempre vibrante ritmo de este Eco Festi-bal, la actuación de Laurent Geoffroy, elevando con su acordeón el eco de mazurcas, valses, círculos y demás notas para llenar de danza, alegría y gran ambiente la Plaza de la Constitución, llevando a pie de calle, para satisfacción y curiosidad de muchos ,el sentido de este gran encuentro con la música que eleve el “lenguaje eterno” de los pueblos.
El marcado carácter internacional de esta cita, un auténtico carrusel de conciertos, talleres y mucho mucho baile, es el aspecto a destacar por el Conejal de Desarrollo local, Nino Gil Rubio, quien valora “la importancia de lograr que nuestro municipio sea auténtico referente, dentro y fuera de España, de esta música que está en la raíz misma de la cultura popular”.
Valses, mazurcas, polcas…, sones y más sones elevándose para que, por parejas o formando esos círculos que resuenan igualmente a tradición, la música más ligada a la raíz de unos y otros pueblos de Europa hiciera realidad un Valdemorillo convertido el mejor escenario para no parar de bailar, para dejarse llevar por la danza, por el encuentro, por Folkarria. Y es que este fin de semana, el último de abril, esta villa acogió a las decenas de personas que, llegadas de Bélgica, Francia y tantos ostros puntos del mapa sin fronteras que traza este Eco Festi-bal, y lo hizo dando paso al casi imparable carrusel de conciertos, jam session, talleres y más que engloban el programa que por cuarto año consecutivo ha querido hacer de este lugar todo un referente para sentir y disfrutar la esencial del balk folk. Y así, las imágenes se sucedieron también, como abanico reflejando las múltiples emociones que despiertan las actuaciones de los grupos ya destacados en el panorama folky, y entre todas, la del acordeonista Laurent Geoffroy uno de los mejores acordeonistas no ya franceses sino del continente.
Y es que con él Folkarria prolongó la vibrante realidad que encarna para mostrarla en el mismo corazón urbano de Valdemorillo, haciendo de la Plaza de la Constitución una verdadera pista de baile despertando a cada paso el gran ambiente que presidió una sesión vermú que enganchó también la atención de quienes llenaban las terrazas y de cuantos se acercaron a curiosear y divertirse con el mejor folk servido a pie de calle.
Y junto al de Laurent, muchos otros nombres con mayúsculas, como el OBAL, el trío de músicos gallegos que se alzaron con el pandero como símbolo y, ante todo, con el triunfo en el concurso celebrado dentro del marco del propio festival, el que volvió a reunir a tres grupos finalistas y que esta vez premió el buen hacer de Diego Langarika, Iván Costa y Jaime Rebollo. Con ellos, el bouzouki, la zanfona y el nyckelharpa, o sea, instrumentos diferentes, antiguos, unidos en un sonido de siempre, en el del “lenguaje eterno” que se encarga de acercar y transmitir Folkarria. Intenso sonido de tradición, aunando ecos del folk centroeuropeo, y del propio país, siempre con el baile como nexo.
La coincidencia con las elecciones de este 28 de abril llevó a trasladar esta última de las jornadas, con la correspondiente proclamación del ganador, al camping local, completando así la relación de espacios donde pudo seguirse esta edición, como el Pabellón Municipal de Fiestas donde abrieron cartel el dúo belga Vandenabeele-Knapen, e hicieron igualmente las delicias de los muchos asistentes los conciertos de Zigo, La Musgaña, Laüsa y Aérokorda, y ya completando apartado de aspirantes a ganar el concurso, Blanca Altable & Cuchi al cuadrado y Quercus.
En suma, y como destaca Nino Gil Rubio, Concejal de Desarrollo Local, “nuestro pueblo volvió a acoger a los muchos y buenos seguidores del bal folk europeo, siendo espacio de encuentro, y esto en lo importante, de fiesta y alegría, para un público que, con su presencia, nos permite cobrar acento internacional en estos días donde el baile, la música, la tradición nos hermanan, y esto es lo importante de verdad”.