Este sábado, 10 de noviembre, la Giralt Laporta abre una mirada al Valdemorillo de hace 100 años con
La muestra, que hasta el 1 de diciembre sin duda despertará especial interés entre los mayores y también entre los más jóvenes, que seguro “no imaginan” cómo era su pueblo un siglo atrás, quedará inaugurada con la charla-coloquio
que acercará el gran conocimiento del cronista de esta Villa, Antonio Laborda, sobre los hechos, sucesos y anécdotas que pondrán al descubierto más de una sorpresa. Y, además, para pasar de la explicación a la práctica, paseo guiado por el casco urbano “para que los pasos de hoy sigan las huellas de un ayer que aún resulta visible”.
Tres carnicerías, otras tantas pescaderías, varias tiendas de comestibles y otros comercios, una fábrica de electricidad dotada de generador de gasóleo, otra de loza, las escuelas… Todo ello formaba parte del paisaje urbano del Valdemorillo de 1918, cuando esta Villa contaba con 1.980 habitantes de hecho y 2.054 de derecho. Una mirada en el retrovisor del tiempo, hacia un siglo atrás, permite descubrir estos datos y muchos más…, todo un pueblo que vuelve ahora a hacerse visible gracias a la exposición que se inaugura este sábado 10 de noviembre en la Casa de Cultura, ‘recuperando’ ante el espectador una muy interesante selección de documentos, fotografías y objetos que traen al presente una parte de la historia local.
Y para presentar todo ello, a partir de las 11,30 horas, los vecinos y público en general están invitados a asistir a la inauguración de esta muestra, singular por las dos partes en las que se presenta. Para comenzar, una charla-coloquio, con presencia del Antonio Laborda, quien como cronista de esta villa, contribuirá a hilvanar los detalles en torno a este Valdemorillo de hace 100 años. Sus acertadas explicaciones irán, seguro, salpicadas de anécdotas, de modo que los hechos por apuntar se sucedan de modo ameno para ir desvelando cómo era este pueblo cuando aún tenía en su suelo los viejos molinos harineros en las márgenes del Aulencia… La asistencia a este acto, enmarcado en el mismo espacio donde se disponen las piezas expuestas, la Sala de Encuentros de la Giralt Laporta, podrá prolongarse, a modo de paseo, por este casco urbano donde aún pueden seguirse las ‘huellas’ de un paisaje valdemorillense que buscará rescatarse, para recuerdo emocionado en los mayores y asombro entre los más jóvenes, en el transcurso de la visita guiada que ya desde su inicio, en la calle de la Paz, extensión original de la antigua fábrica, sumará una grata experiencia, continuando con ‘escalas’ ante la fachada norte de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, lugar del antiguo osario, y en la misma plaza que toma el nombre del templo, recordando aquel hospital de caminantes pobres, el viejo cementerio. Recorrido ‘histórico’ que incluirá, además, la calle Balconcillos, levantada por Regiones Devastadas, el paso por la posible ubicación del mesón que tuvo la calle Unión… y, en suma, por tantas otras vías donde dinteles, piedras y demás elementos completan la visión que el Ayuntamiento, a través de su Concejalía de Educación y Cultura, logra ahora proyectar nuevamente en la memoria colectiva.