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Valdemorillo ‘baila’ con Zaldívar para celebrar la curiosa retrospectiva emocional de este artista,

Retratos, collages, pinturas sensuales, obras juguetonas… interesante selección de cuadros la que puede visitarse en la Casa de Cultura de Valdemorillo hasta el 27 de octubre. Todo un ‘despliegue’ de ‘coloreados’ instantes, ya caóticos o alegres, tristes o recompuestos, secuencias de la existencia vista por su autor, maestro a la par que aprendiz de cuanto vive, un pintor con tinte de personaje bohemio que plasma la visión de su pintura para ‘atrapar’ la mirada del espectador con su exuberante personalidad


  • Al ritmo de las canciones interpretadas por su hijo Arturo, este genial burgalés inauguró exposición dibujando con pasos bailones entre sus cuadros y el mismo público, la enorme simpatía, el encanto, la humanidad que no faltan en una paleta de trayectoria tan destacada y vital


Del ‘parto’ que alumbró su pintura, al último de sus autorretratos, reinterpretando clásicos, punteados de tonalidades superpuestas, asomando sensualidad en lienzos con la presencia de la mujer en genérico par ser una y tantas como santo y seña de su hacer pictórico, juguetón, expresionista, sensual, exhalando incluso su “exuberante personalidad” en los fragmentos de paisaje que ponen el horizontes a sus collages… Emilio Zaldívar presenta ya en Valdemorillo el arte de vivir que hace de él pintor inconfundible, maestro al tiempo que aprendiz incansable, como incansable es también su pasión por el trabajo. No exento de bohemia, con dotes de seducción alternadas con el toque inocente del que busca ternura, tal como se le describió en la inauguración de ‘Bailando colores’, el artista y el hombre no dejó precisamente de ‘bailar’ al son de las canciones interpretadas por su hijo Arturo, avivando pasos entre sus cuadros, emocionado los muchos asistentes al acercar la retrospectiva de las obras que desvelan los distintos tiempos vividos, sentidos, creados.


Del instante triste al alegre, del recompuesto al más caótico, la pintura de Zaldívar es auténtico imán que engancha al espectador para trasportar su mirada a la propia visión del autor, tan cercano, tan entusiasmado para entusiasmar a todos, Mucho color alentando el arte que gusta y sorprende a cuantos van desfilando por esta sala que vivió los primeros ‘compases’ de esta muestra en la tarde del 5 de octubre para prolongar este siempre formidable encuentro con el arte de vivir, una irrenunciable invitación a adentrarse en el mensaje, la fuerza, el sentimiento que atesora el color como referencia, expresión, latido. Una invitación, sí, que se mantiene hasta el 27 de octubre y que, como se destaca desde la Concejalía de Cultura, debe aprovecharse “porque representa la oportunidad excepcional de encontrarnos con un artista como Zaldívar”.



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