“Mágico” reencuentro de los más peques con la Cueva del Chocolate de Valdemorillo
Si las notas del blues marcaron los primeros en el momento de volver a abrir al público este singular escenario “recuperado para todos”, la tarde del sábado 1 fueron muchos los niños que se mostraron especialmente participativos durante el espectáculo ofrecido por Toiacho, una actuación llena de trucos con monedas, cartas y esos globos que añadieron color a la cita en la que los padres dejaron que los niños fueron los verdaderos protagonistas en este pase con lleno total
“Resulta ilusionante ver la expectación que despierta la Cueva cada vez que ofrece su programa especial, por lo que habrá que seguir trabajado para dotarla de contenido y emociones”. Y así lo anuncia Nino Gil Rubio, Concejal de Desarrollo Local y Festejos, satisfecho ante este “buen arranque de nuestras Fiestas de Septiembre”
Ansiosos por participar, ilusionados al sentirse, porque lo eran, los protagonistas de la tarde del sábado 1, fueron los niños y niñas de Valdemorillo esos ‘intrépidos’ aprendices que intervinieron incluso a pares en cada número de los ofrecidos por Toiacho en un espacio sin más truco real que el de hacer reís y sorprender a los muchos niños y niñas que llenaron literalmente, la Cueva del Chocolate en un nuevo pase con la magia en cartel. “Mágica” reapertura de este escenario, por tanto, la vivida gracias a una de las primeras citas en programa para celebrar al máximo estas Fiestas de Septiembre que esta villa vive hasta el próximo domingo 9. Prologada ya la noche anterior por la Rockets Blues band, grupo que marcó los compases iniciales a la programación estrenada así para alegría de todos “como una invitación a no dejar de pasarlo en grande en estas fechas”, tal como destaca el Concejal Nino Gil Rubio, la magia desempeñó así el papel que le correspondía, para avivar la ilusión y contar precisamente con los más peques a la hora de ponerle imagen a ese verdadero calendario festivo que aún ha de deparar muchos otros grandes momentos.
Y además de la participación, el gesto, porque a destacar también el detalle que supieron encarnar los padres a la hora de dejar que, ante la gran afluencia de público y dado el pequeño aforo de la peculiar Cueva del Chocolate, fueran los menores quienes realmente disfrutaran de la actuación en la que Toiacho no dejó de sorprenderles con sus juegos de monedas y manejando esas cartas que en sus mano se barajan hasta resultar verdaderamente mágicas… y todo sin olvidar ese elemento casi imprescindible si el evento lleva sello infantil, con tantos y tantos globos que tomaron forma para llevar el encuentro a la misma calle, a esa Plaza de las Nieves donde se localiza la antigua sala en piedra que acaba así de recuperar luces, color, diversión. “Un lugar que gusta a juzgar por la expectación que despierta, en el que hay que seguir trabajando para dotarlo de las mejores condiciones y contenido que permitan su disfrute como un recurso local de gran utilidad y atractivo”.