Medio siglo después la familia Juan Falcó se reencuentra con las Chimeneas de la antigua fábrica
Mariluz Ruiz Falcó, tataranieta del primer director de la Sociedad de la Aulencia, fundada en 1845 y cuya destacada producción de loza fina llegó a la misma mesa real con las vajillas encargadas para Alfonso XII y su sucesor, encabezó días atrás la visita a la que acudió acompañada de hermanos y demás descendientes de un apellido tan ligado a la historia local. Todo un emotivo recorrido que, desde el panteón familiar, les llevó a conocer los interiores de la Casa de Cultura y la Cueva Museo de Cerámica y Vidrio
La Alcaldesa, Gema González, y la Concejal de Educación y Cultura, Encarnación Robles, trasmitieron la alegría de poder compartir estos momentos en los que los Falcó retornaron así a un lugar tan importante en la vida de sus antepasados
Las emblemáticas chimeneas, vestigios de los que fue la antigua fábrica, la que tuvo sus inicios de la mano de la Sociedad de la Aulencia para dar paso, a partir de 1845, a una producción de piezas de loza fina que siempre destacó por la gran calidad de sus diseños, volvieron a sumar el paso de los Falcó, una familia que, cincuenta años después, ha querido reencontrarse con el pueblo de Valdemorillo. Y, más en concreto, con los espacios hoy ganados “para no dejar de fabricar arte y cultura”, los mismos que tantas décadas antes fueron el lugar donde Juan Falcó Badenes, como primer director de aquellas decimonónicas instalaciones, hizo posible la fabricación de porcelanas cuyo prestigio se calibraba en los premisos tanto nacionales como internacionales que fueron atesorando muchas de sus piezas, creaciones que resultaron tan apreciada como para sumar el encargo real en forma de vajillas para Alfonso XII y su hijo, Alfonso XIII.
Precisamente una de sus tataranietas, Mariluz Ruiz Falcó, encabezó esta visita, sumamente emotiva, a la que acudió acompañada por sus hermanos y otros descendientes de aquel Juan Falcó que sigue sonando en el nombre del Colegio Público de este municipio, subrayando así su peso en la historia local. De este modo, e iniciando el recorrido en el panteón familiar, y tras pasear por las calles del centro urbano y acercarse también al templo parroquial, el grupo tuvo ocasión de conocer en detalle los interiores de la Casa de Cultura, que se alza precisamente allí donde se ubicaba la fábrica, como lo atestiguan los viejos hornos, ahora conocidos como las Chimeneas. Y, además, les aguardaba una sorpresa más, ya que conocieron igualmente el nuevo destino dado al que fue almacén de caolín, materia prima de aquella fábrica del XIX, hoy convertido en Cueva Museo de Cerámica y Vidrio (CUMVAL). La presencia de la Alcaldesa, Gema González, y de la Concejal de Cultura, Encarnación Robles, durante esta parte de la vista vino a testimoniar el reconocimiento de las autoridades al gesto de los Falcó de querer volver a Valdemorillo, sitio tan importante en la vida de sus antepasados. Un gesto que quisieron agradecer, destacando cómo el recuerdo de Juan Falcó sigue tan presente en la memoria de esta Villa.
En cuanto al papel desempeñado por la Sociedad de la Aulencia, cabe recordar que ésta se considera heredera de la fábrica de cerámica de Alcora, que fuera fundada en 1727 por el Conde de Aranda, y de donde procedía Juan Falcó y familia. Éste accedió a su dirección en mismo momento de la creación de la empresa, teniendo como socios a Pedro María Rubio y Martín de Santos y a Vicente González y González, el primero de ellos médico de amplia reputación, tanto como ocupar el cargo de médico de cámara de la Regente, resultando notable su apopo a la Sociedad en los círculos más influentes de la época.